El 30 de marzo un pequeño grupo de 4 aviones roqueros Ptynoprogne rupestris volaba por Luanco, en la zona donde se ubica la principal colonia de avión común.
El avión roquero es bastante atípico entre los hirundínidos (golondrinas y aviones) asturianos, ya que permanece todo el año por aquí, sin emigrar a África. Los bandos, fuera de la época de cría, se comportan de forma errática, desplazándose de un lugar a otro en función de la meteorología y el alimento disponible.
En Asturias nidifica por casi todo el territorio. Aunque alcanza sus densidades óptimas en roquedos de montaña, se adapta bien a los acantilados costeros, e incluso aprovecha construcciones humanas como puentes, viaductos o edificios, y hay parejas tanto en ciudades grandes (Avilés) como pequeños pueblos (Salas o Pola de Allande).
En Gozón no tengo constancia de que se reproduzca ninguna pareja, al menos de momento, aunque se observan regularmente en tramos costeros.
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