lunes, 14 de septiembre de 2020

Migración de limícolas

Septiembre es un mes clave en la migración de aves limícolas. Por todos los estuarios asturianos se registran grupos de estas aves, que se detienen en busca de alimentación y descanso. Buena parte de las aves que se observan son juveniles, que carecen de rasgos distintivos en el plumaje, dificultando con ello su identificación a no ser que se tenga cierta experiencia. En Gozón contamos con dos enclaves favorables para seguir esta migración, la playa de Bañugues y la ensenada de Llodero.

Las especies mayoritarias son el chorlitejo grande y el correlimos común. Pero junto a ellas se pueden observar otras menos comunes, sobre todo del grupo de los correlimos, como por ejemplo el correlimos menudo, muy escaso pero que suele aparecer en la playa de Bañugues. Hoy había 2 aves.


El correlimos menudo se diferencia por su pequeño tamaño, pero también por presentar en el dorso una especie de V blanca en plumaje juvenil.



Otra especie escasa pero que suele aparecer en pequeños grupos es el correlimos zarapitín. Un grupo de unas 7 aves lleva unos días en la ensenada de Llodero. Es típico que en otoño las aves permanezcan sedimentadas en el mismo lugar durante varias jornadas.


Es más esbelto y patilargo que el común, y tiene el pico más largo. En la siguiente foto es el de la izquierda.


También se observan jóvenes de correlimos tridáctilo, rechonchos y con plumaje blanquinegro. Curiosamente en esta época no son muy abundantes.


Y otro correlimos que se puede observar en esta época es el correlimos gordo. 2 aves llevan varios días en Llodero, aunque curiosamente son adultas, ya en plumaje invernal.


Acompañando a los bandos de correlimos y chorlitejos se registran otras especies, como el vuelvepiedras..


o el tremendamente ruidoso y esquivo andarríos chico, muy activo volando de un lado para otro y que permite poca distancia de acercamiento.


Como se aprecia en varias de estas fotografías, los arribazones de algas en las playas cumplen un papel muy importante para las aves limícolas, especialmente en lugares pequeños y muy frecuentados como la playa de Bañugues. Les ofrecen refugio y la oportunidad de pasar desapercibidos, además de una buena fuente de alimentación en la gran cantidad de invertebrados que allí encuentran. Las algas en la playa nunca son basura, sino que intervienen de forma muy importante en la dinámica litoral. Así nos lo demuestra este joven de chorlitejo grande.


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