A finales de verano se inicia una breve temporada muy propicia para disfrutar de las mariposas pequeñas, que se continúa en los primeros días del otoño, ya que varias especies son más abundantes que en el resto del año. Tal vez es porque la el buen clima estival y la abundancia sus plantas nutricias son factores que propician el desarrollo de un buen número de larvas.
Quizá los casos más llamativos se encuentran en la familia de los licénidos. Las mariposas de esta familia presentan diferentes estrategias a lo largo de su ciclo anual. Un ejemplo claro es la ícaro dos puntos Polyommatus icarus, que en nuestras latitudes presenta tres generaciones anuales, volando ahora la tercera, frecuente en todo tipo de prados. Las hembras tienen el envés más oscuro.
Al poco de emerger los adultos comienzan a aparearse. En poco tiempo nacerán las orugas que en otoño entrarán en diapausa, es decir hibernarán, para completar su desarrollo la primavera siguiente.
Un caso diferente es la mariposa gris estriada Leptothes pirithous. Esta especie ha resultado ser este año muy numerosa en Asturias, después de una llegada masiva de migrantes en mayo. Ahora está emergiendo una nueva generación local.
Las orugas de esta especie parece que no pueden entrar en diapausa, de ahí que los adultos se vean obligados a emigrar al sur, llegando hasta el N. de África o las islas Canarias para continuar su ciclo vital. La primavera próxima volverán
Otro ejemplo llamativo es el de la mariposa manto oscuro Lycaena tityrus. Al igual que en otros licénidos los ejemplares de las sucesivas generaciones varían ligeramente en su aspecto exterior, el cual depende de las condiciones de desarrollo. Los individuos últimos, más frescos y llamativos, coinciden en estas fechas con algunos de la generación anterior, ya bastante desgastados.
Y el último caso a destacar es el de la mariposa náyade Celastrina argiolus, que presenta una amplia temporada de vuelo, dado que los primeros ejemplares se detectan tan temprano como a finales de enero. De esta forma es polivoltina, pudiendo desarrollar hasta 4 generaciones anuales, al menos. Es muy típico su comportamiento, ya que suele volar y posarse a mayor altura que el resto de licénidos, los cuales normalmente hacen su vida a corta distancia del suelo.
Todas la fotos están hechas a fines de agosto y primeros de septiembre en el concejo de Gozón.
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