Lo cierto es que el tiempo dedicado a la observación de aves no dio para mucho. Un grupo de gaviotas patiamarillas y sombrías, la mayoría adultas, y unos pocos limícolas, muchos menos que otros días. Aunque al final llegaron a la playa un par de ostreros, supongo que los mismos del otro día, para alegrarnos un poco la mañana.
Cuando finalizamos la segunda parte de la jornada, la de la limpieza, me acerqué hasta Luanco para darme una vuelta por los prados de Peroño, y la cosa en materia de aves tampoco estaba muy boyante. De hecho, lo mejor del día fue el tener la oportunidad de localizar un macho de lagarto verdinegro Lacerta schreiberi.
Los lagartos son una pieza fundamental de las cadenas tróficas, con un buen número de depredadores, como por ejemplo algunas culebras, aves rapaces o mamíferos carnívoros. Además consumen un gran número de insectos de todo tipo, con cierta preferencia por algunos como los saltamontes, de los cuales hay por estas fechas una gran abundancia.
Para cazarlos, el lagarto se mueve muy ágilmente a través de la vegetación, en la que se camufla perfectamente como podéis apreciar en esta foto.
Me da la impresión que el lagarto verdinegro se está recuperando en estos últimos tiempos, a mí al menos me resulta más habitual verlos que en otros tiempos.
Siguiendo con reptiles, alrededor de la depuradora de La Mofosa (aunque lo de llamarlo "depuradora" pueda sonar a choteo para los que la conocen), a la que me acerqué en busca de libélulas, sin éxito, observé varios ejemplares de la más común lagartija roquera Podarcis muralis, de la que pude fotografiar un precioso macho.
No es poca cosa encontrarse al verdinegro, que además aparenta tener un porte considerable.
ResponderEliminarNo es poco Iván, ciertamente, es un bicho bien bonito y que no se deja ver mucho. Lo primero que observé de hecho fue la hojarasca moviéndose y luego lo detecté, por suerte no se escondió y me dejo contemplarlo a placer. Un saludo.
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