Cernícalos al acecho

Varias parejas de cernícalo vulgar Falco tinnunculus crían dispersas por el concejo de Gozón, tal vez entre 5 y 10. La mayor parte de ellas lo hace en toda la franja de acantilados, aprovechando agujeros y fisuras para hacer sus nidos, como ocurre en los alrededores de Moniello, Cabo Peñas o San Juan de Nieva,  pero otras pueden hacerlo en zonas del interior aprovechando nidos viejos de córvidos.

Los jóvenes de cernícalo ya son independientes y los grupos familiares se han dispersado. Es en esta época cuando más fácil resulta detectar a este pequeño falcónido, precisamente por este aumento del número de ejemplares y su mayor dispersión geográfica. El territorio gozoniego les ofrece un inmejorable marco para cazar, ya que es un ave que gusta de los espacios abiertos y despejados. Ayer lunes pude localizar un macho de cernícalo en Cabo Peñas, aguardando al acecho en un poste de teléfono.

El cernícalo es un depredador generalista, capaz de atrapar un gran número de presas, desde pequeños lagartos y lagartijas, pasando por micromamíferos a gran variedad de insectos, incluso algunas aves. La única limitación parece ser el tamaño. En otras épocas del año su forma preferida de acecho es el cernido en vuelo, muy característico de la especie y que le proporciona su nombre vulgar. Pero en esta época también otea bastante desde posaderos, muchos de los cuales tienen su origen en el hombre, como el caso de la foto anterior o este joven que sorprendí en una torre de la luz.

Los cernícalos gozoniegos son sedentarios, pero en otoño e invierno pueden llegar invernantes de otros países, ya que algunas poblaciones son migradoras. Desde hace varios años vengo notando un descenso en el número de cernícalos en Asturias (aunque en Gozón parecen bastante estables), descenso que se ha puesto de manifiesto en varios lugares de Europa.