Hace unos días hablaba acerca de la importancia de realizar censos periódicos en los mismos enclaves para conocer la evolución de las poblaciones de aves. En la cola de la ría de Avilés hay tres especies claramente mayoritarias, que parecen responder a status diferentes. Una de ellas, la cerceta común, es claramente invernante como ya comenté. La segunda, la gallineta Gallinula chloropus, por el contrario, es sedentaria, ya que se registra a lo largo de todo el ciclo anual.
La evolución de su población es típica. Registra cifras de entre 30 y 40 ejemplares a lo largo del invierno, que se reducen a la mitad, entre 15 y 20 aves, en verano. Esto puede ocurrir porque las aves que no encuentran territorios para reproducirse se desplazan a lugares próximos, en esta época las gallinetas se vuelven muy territoriales. A medida que avanza el año el número de aves va aumentando por el reclutamiento de las aves nacidas a lo largo del año.
En otoño se alcanza el máximo poblacional, este año he contado en torno a 50 aves. No hay que olvidar que la gallineta es un ave muy prolífica, con una larga temporada de cría y que puede tener hasta tres nidadas, entre abril y septiembre. Aún se pueden observar los inmaduros de las últimas polladas acompañando a los adultos.
Su número es tan alto que incluso pueden verse grupos de aves reposando juntas, algo que es bastante extraño en cualquier época. Con el otoño tan apacible que hemos tenido este año es probable que no haya sufrido muchas bajas, aunque es de esperar que con el avance del invierno su número vaya bajando como consecuencia del empeoramiento de la climatología.
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