En los últimos años estamos asistiendo a un cambio climatológico indudable, traducido en un aumento de la temperatura media y una disminución de las precipitaciones. Quizá la época en que más se nota este efecto sean los primeros meses del otoño, y no en vano se ha puesto de moda el término "veroño", con el que se designa ahora la primera parte del otoño, que parece más bien una prolongación del verano, alcanzando incluso temperaturas más altas que en la estación estival.
Algunos organismos están respondiendo a estas transformaciones con cambios en su biología y en su ciclo vital. Yo lo he podido observar en alguno de los grupos que sigo más de cerca, como los odonatos. Por ejemplo, algunas libélulas están alargando su período de vuelo, como la libélula emperador Anax imperator. Las primeras aparecen normalmente a primeros de mayo, y las últimas solían verse a últimos de septiembre. Sin embargo, este año aún hay algunas volando en ciertas zonas, como por ejemplo en Gozón las charcas de Xagó o el pantano la Granda donde fotografié hace poco este macho.
En otros casos, se observan ejemplares en fechas atípicas, que se corresponden con generaciones nuevas que antes no aparecían. Es el caso de la libélula tigre Cordulegaster boltonii. Su periodo de vuelo normal transcurre en verano, entre junio y septiembre, sin embargo tanto el año pasado como éste he podido detectar adultos bien avanzado el mes de octubre, este año en un reguero de Viodo.
Pero no sólo en las libélulas se pueden apreciar estas pequeñas alteraciones. Así, entre los sírfidos, una familia de dípteros, la bonita mosca de las flores Myathropa florea presenta dos generaciones anuales, una de primavera y otra de verano. Sin embargo, hoy me encontré con este macho reciente en la vegetación de ribera de un río en Avilés.
Son estos pequeños y sutiles cambios que sumar a otros que los estudios están poniendo de manifiesto, bien sea en la fenología de las aves, tiempo de floración de muchas plantas, etc.
Cambio climático, José Antonio. Algunos se empeñan en negarlo. Otros (los bichos) no son conscientes del hecho. Pero lo sufren. Preciosas fotos y buena entrada. Gracias.
ResponderEliminarNacho.