Como otros túrdidos, es bastante habitual localizar a los mirlos en el suelo buscando invertebrados, removiendo la hojarasca y el humus, y en invierno es muy corriente observarlos en los prados, clavando su pico en la tierra a la búsqueda de alguna lombriz.
Pero en esta época también se alimentan, y mucho, de bayas. Les encantan especialmente las más carnosas, y se vuelven locos por las de la hiedra Hedera helix, como este macho que observé ayer por la zona de Santiago de Ambiedes.
La verdad es que el mirlo y la hiedra adquieren una especie de simbiosis. El pájaro, después de digerir el fruto, expulsa la semilla y contribuye a la dispersión de la planta. Esta, por su parte, le ofrece refugio prácticamente durante todo el año (es una especie perenne) y un perfecto lugar donde anidar y criar a su prole. Vamos, lo que se dice un cariño mutuo.
Ayer fue un día interesante fenológicamente hablando. El calor del mediodía (se llegó a 20ºC) hizo que despertaran de su letargo algunas especies de mariposas. Por la misma zona del mirlo pude ver sendos machos de cleopatra Gonepteryx cleopatra y limonera Gonepteryx rhamni, además de una hembra de alguna de estas dos especies. Este es el macho de limonera en vuelo.
Has visto que casualidad ? Los dos hablamos de la Limonera....
ResponderEliminarRespecto a los mirlos me encantan, el año pasado anidaron en mi casa,a ver si este tengo la misma suerte. Un saludo.
Lo acabo de ver...eso es que el calorcillo las espabiló, pero les quedan unos días de letargo. Tiempo al tiempo, aún queda frío por venir.
ResponderEliminarMe imagino que los ñerbatos serán fieles a sus sitios de cría, así que este año cuenta con ellos. Un saludo
Ayer al atardecer era un espectaculo oir los mirlos...estaban cantando como locos!!...parece que se acerca la primavera.Muy bonita y didáctica entrada José Antonio.
ResponderEliminarSalud!!
Muches gracies Xurde, cantaron los días de sol, pero ahora parece que se han vuelto a apagar un poco. Me encantan sus cantos crepusculares, cuando va cayendo la noche y proclaman su territorio...
EliminarSalud
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EliminarHola amigo,
ResponderEliminarpues si que anima eso de escuchar ya a las aves cantar. La semana pasada estuve por el río Piloña y quedé embobado cara un mirlo acuatico que no paraba de cantar.
Los mirueyos siempre son la alegria de la finca ya sea cuando siegas o a cualquier hora, es una pasada sentante al atardecer a escucharlos.
un saludo
buena entrada amigo
Hola Juan, la verdad es que tienes razón, como le decía a Xurde a mí me gusta mucho cuando al crepúsculo vas paseando y escuchas a varios de ellos, en su posadero...
EliminarYo escribo ñerbato porque en mi pueblo no pronunciamos la u al final, pero más correcto sería ñerbatu. En otros sitios es el miruellu como bien dices. Un saludo