Después de dejar los nidos, los jóvenes de colirrojo tizón permanecen un tiempo en el territorio paterno en el que han crecido, junto a sus padres. Pero llega un momento en que los adultos ya no admiten tan amablemente la compañía de sus vástagos y éstos deben desplazarse en busca de nuevos territorios.
En esta dispersión, los juveniles ocupan cualquier territorio disponible, y por eso se hace más fácil verlos y parecen mucho más abundantes. La mayor parte se encuentran a lo largo del litoral, como éste que localicé en la playa de Bañugues.
O este otro, visto ayer en el testing de BV Virtual en el puerto de Navia.
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