A finales del pasado mes de abril un ejemplar de carricerín común Acrocephalus schoenobaenus se detuvo a descansar unos momentos en la desembocadura del arroyo La Cabaña, en Bañugues, haciendo un alto en su retorno migratorio hacia las áreas de cría. Este es un dato muy bueno, el carricerín común se observa muy esporádicamente fuera de los carrizales, y mucho más en primavera. En Asturias es una especie casi exclusiva de la migración otoñal.
El carricerín común es un migrador transahariano. Su área de cría se reparte por gran parte de Europa y la parte occidental de Asia, e inverna en África al sur del Sahara. Dentro del continente europeo se encuentra por buena parte de la fachada atlántica. Sin embargo, en la Península Ibérica está extinguido prácticamente como nidificante. Cría en carrizales, cañaverales y diferentes ecosistemas ligados a las zonas húmedas. En las migraciones también aparece ligado a estos humedales, pudiendo observar alguno en la campiña de forma esporádica.
Como ya comenté, en Asturias aparece casi exclusivamente en migración postnupcial, a partir de julio. En la ría de Villaviciosa, en un estudio del Grupo de Anillamiento Torquilla, fue la especie más anillada entre 2004 y 2006, con 250 ejemplares de media, y las capturas en primavera sólo supusieron el 6%. En una entrada reciente publicada por Manuel Quintana, en su estupendo blog Aves en Azul y Verde, comenta que en el carrizal de Verdicio, en Gozón, lleva anillados 88 entre 2002 y 2012, casi todos en paso otoñal. En el humedal de Txingudi (País Vasco), también hay más capturas en otoño que en primavera.
¿Por qué ocurre ésto? La explicación habitual dice que la migración de primaveral es más "oriental". Sin embargo, en el este de la Península Ibérica es un ave escasa en cualquier época. En toda la provincia de Málaga, se anilla una media de menos de 20 ejemplares cada año en lo que va de siglo, casi tan abundante en primavera como en otoño; en El Hondo (Alicante) sólo 2 ejemplares de media por año; en la estación de Anillamiento Soto Bajo, en Arguedas, Aragón, solo 3 ejemplares anillados en 2012.
La clave nos la puede dar el humedal de La Nava, en Palencia. Este humedal es uno de sus puntos claves en migración de otoño, pero resulta que también es frecuente en Primavera. Así, fue la especie más capturada durante las campañas de anillamiento primaveral de 2005 y 2006 representando más del 30% de las primeras capturas (alrededor de 500 ejemplares de media por año).
Por los datos de recapturas se sabe que los carricerines que pasan por Asturias proceden de toda la fachada atlántica europea, desde Francia hasta Noruega. ¿Qué ocurre entonces en realidad? Lo más probable es que en migración primaveral las aves den un primer salto para superar el desierto del Sahara, repongan fuerzas en humedales del norte de África o del interior de la Península Ibérica, como La Nava, que en condiciones normales y tras las lluvias del invierno tendrán alimento suficiente, y de ahí den un segundo salto hacia sus áreas de cría.
En otoño, una vez terminada la reproducción, sus primeras fuentes de alimentación para reponer fuerzas pueden suponerlas los humedales cantábricos, aún verdes y rebosantes de insectos, y por eso estas zonas suponen una parada estratégica para estas aves. Por eso, la explicación más sencilla es que en primavera simplemente nos saltan por encima.
Quien me lo iba a decir... Ahora está todo mucho más claro.. Un saludo.
ResponderEliminarLa magia de las migraciones...Un saludo
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