Su plumaje es críptico, el ideal para pasar desapercibidos en estos primeros meses de su vida. Pero ya están algo más desarrollados, hace apenas una semana sólo eran una bola de cañones y plumas.
De momento no se alejan demasiado del territorio de sus progenitores, que están siempre cerca de ellos, vigilantes...
Y reclaman continuamente haciéndoles saber donde están.
Pronto se despreocuparán de sus pollos, que necesitan entre 15 días y un mes de cuidados, y pensarán en comenzar a criar su segunda nidada del año. Los jóvenes de esta primera generación, aún así, no se alejan demasiado del territorio y son tolerados por sus padres. De esta forma, en septiembre, con la segunda generación ya crecida, el número de tarabillas se dispara.
Presta ver los bardiales llenos de tarabillas reclamando y lo confiados que son algunos volantones.
ResponderEliminarun saludo amigo!!
Presta, es un sonido muy típico de nuestros praos, pero confiados no te creas, que en seguida salen volando...
EliminarUn saludo Juan.
El cinco de mayo vi el primero por tu zona de campeo, da gusto ver a los jovenzuelos de las diferentes especies. Saludos
ResponderEliminarSí, por esas fechas las vi yo también Miguel, también pillé alguno de jilguero pero poco más...Un saludo
EliminarPresta mucho ver familias tan extensas en cualquier cable o alambre.
ResponderEliminar